Hola amigos,

Parece que llegó la hora de escribir de nuevo sobre la aterciopelada escarcha de formas geométricas que algunos gustan llamar nieve. Y es que el pasado Lunes 22 de Enero cayó una antológica nevada a lo largo y ancho de todo Japón.

Empezó a caer al mediodía y no paró hasta bien entrada la media noche. Unas doce horas non-stop que dieron para entre 20 y 25 centímetros de espesor en las prefecturas de Tokio o Kanagawa.

Como ya tuve una mala experiencia con el caos tremendo con las líneas de tren japonesas hace un par de años, quería evitar a toda costa tropezar con la misma piedra de nuevo.

Esta vez, por suerte, – y también entiendo que por sentido común – alrededor de las cuatro de la tarde los jefes comenzaron a anunciar que la gente podía volverse a su casa. Yo desaparecí algo antes, ya que me tocaba ir a recoger a mi pequeño a la guardería y se avistaba tormenta de nieve.

Cuando llegué a la guardería la nevada se había convertido en tormenta y me costó bastante llevarle hasta a casa a cuestas – quizás sus ya más de 12 kilos y el que yo no llevaba paraguas tampoco ayudaron a hacer la travesía más llevadera.

Llegué a casa cerca de las cinco de la tarde y cuando revisé los informes de estado de las líneas de tren de la compañía JR pude ver, sin mucha sorpresa, que la casi totalidad de las líneas estaban afectadas por la nevada y presentaban retrasos y/o cancelaciones. (Podéis bajaros un informe en inglés aquí).

Así que ya os podéis imaginar el embrollo brutal de salary man en los trenes y otros transportes.

Así amaneció el paisaje desde la terraza de mi piso la mañana siguiente.

Y así se presentaban las vistas desde el duodécimo piso del edificio donde trabajo, en Futakotamagawa, Tokio.

La nieve estuvo se pudo disfrutar en su máximo esplendor durante un par de días, aunque casi una semana más tarde sigue siendo bastante visible en muchas zonas, como en las laderas de los ríos o en algunos parques.

La instantánea de abajo pertenece al parque de mi barrio, Ikuta Ryokuchi, seis días más después de la nevada; y aún había zonas donde apenas llegan los rayos del sol que parecían recién nevadas.

Pero, ¿Son tan frecuentes las nevadas en Japón?

En la zona norte del país es frecuente que nieve en Invierno. Prefecturas como Nagano, Niigata, Aomori, Akita o Sapporo, son destinos populares para aquellos afines a los deportes como ski o snowboarding.

Muchos se preguntarán si estas nevadas en Tokio se dan muy a menudo. He de decir por mi experiencia que de caer, cae una nevada importante cada año o par de años; normalmente alrededor de finales de Enero o principios de Febrero, que es cuando más frío hace.

En los cinco años que llevo viviendo por estos lares estás han sido las grandes nevadas que he visto:

• 14 de Enero de 2013 (artículo aquí)
• 8 de Febrero de 2014 (artículo aquí)
• 18 de Enero de 2016 (artículo aquí)
• 22 de Enero de 2018

Como veréis, han sido tan solo cuatro grandes nevadas que merezcan la pena ser recordadas. Las otras pocas que añadir a la lista han sido de aquellas de caer cuatro copos contados y no terminar cuajando.

Nevada del 14 de Enero de 2013.

Fue la primera que me tocó vivir en mi estancia en Japón, cuando llevaba poco más de tres meses estudiando japonés y residía en la ciudad de Sagamihara, en la provincia de Kanagawa.

Amanecí un Sábado en mi pequeña casa de 16 metros cuadrados y cuando levanté la persiana y vi el percal no me lo esperaba aquel blanco paisaje.

La disfrute bastante y me parece la más parecida de todas a la que hemos vivido en este año 2018 – solamente que tocó en fin de semana y creo que se disfruta más.

Nevada del 8 de Febrero de 2014.

Con diferencia la mayor de todas las nevadas desde que resido en Japón. De hecho, nunca se me olvidará que vinieron unos amigos de visita a casa a cenar y no pudieron volverse a su casa.

Esa noche, ya bien entrada la madrugada, recuerdo ir con mi amigo Charlie a por una recarga de cervezas a un Seven Eleven cercano a casa separado por una carretera por la que no pasaba coche alguno.

Cayeron entre 30 y 40 centímetros en la zona de Tokio y Kanagawa.

Ese año cuajó de tal manera que se quedó alrededor de una semana con nosotros. También es verdad que cayó alguna que otra nevada esporádica que hacía que no terminase de irse del todo la nieve restante.

Nevada del 18 de Enero de 2016.

La recordaré por ser la primera nevada que me tocó sufrir yendo a trabajar. Y digo que sufrí porque me tocó experimentar el caos que se produce en Japón en el transporte cuando se pone a nevar.

Es tal la cantidad de japoneses que van a trabajar a diario en Tokio desde diferentes zonas, que si ya están los trenes hasta los topes cuando no hay problemas, os podéis imaginar cuando dejan de funcionar durante una hora o un par de ellas. El caos que se monta es de proporciones bíblicas.

Por ello os recomiendo que si os encontráis por Japón y el parte metereológico anuncia fuertes nevadas andéis con mucha precaución a la hora de usar el transporte público – si afecta a los trenes, ya os podéis imaginar también las colas que se montan esperando autobuses o taxis.

Dicho esto, ¿Quiénes de vosotros habéis experimentado alguna de estas grandes nevadas en Japón? Me gustaría saber qué os parecieron y me encantaría saber de vuestras experiencias. ¡Espero vuestros comentarios!