Hoy os traigo una entrada de temporada, que no puede ser otra que la subida al monte Fuji o Fujisan (富士山), como lo llaman en Japón. Quizás vosotros cuando hayáis visitado Japón o estéis planeando el viaje se os habrá pasado por la cabeza el intentar subir hasta la cima, ¿verdad?

Pero no siempre está el monte abierto para la subida de los no profesionales. Si quieres subirlo habrás de hacerlo durante los meses de Agosto y Julio.

Y si no eres de aquellos amigos del trekking o la escalada siempre podrás ver el monte Fuji desde diversos puntos de Japón como Hakone, los alrededores del lago Kawaguchi o desde el mismísimo parque de atracciones de Fuji Q Highland.

Y si eres de los valientes que se atreve con el reto quizás hayas de venir bien equipado y preparado, pues como bien dice el título, que proviene de un proverbio japonés, «Un hombre sabio sube el Monte Fuji una vez en su vida, sólo un necio lo sube dos veces».

¿Cuál es mi humilde opinión? Bien, el ascenso me gustó (excepto la última parte), sin embargo el descenso fue más un viacrucis que otra cosa, después os develaré el porqué de este sufrimiento.

Primero vamos a ponernos en contexto. Y es que estudiando en la escuela de japonés, ya había surgido varias veces en la sobremesa de la comida entre españoles la conversación de <<¿y si subimos el monte Fuji?>>. Y al final nos animamos unos cuantos. Esta vez la aventura nos reunió a 5 españoles (2 mallorquines, 1 barcelonesa y dos madrileños) y una mexicana.

Comienzo de la aventura.

Quedamos para la subida el sábado 3 de Agosto de 2013 a las 18:30 de la tarde enfrente de la puerta del edificio del Studio Alta en Shinjuku. Nuestro autobús – que reservamos día anterior (2600 yenes) – salía a las 19:30 horas de Nishi Shinjuku, y teníamos una hora por delante para comprar comida o tomar algo en un combini.

Yo, ya había tomado las precauciones debidas con el tema de la comida, que es muy importante comer bien :-)Uno ya acostumbrado a ver el Tour de Francia con los comentarios del gran Perico Delgado pues es lo que tiene xDD, se acuerda de que en el momento menos esperado te llega «la pájara» o «el señor del mazo» y ahí te quedas en medio de la subida.

Como bien podéis ver en la foto hambre, lo que es hambre, no pasé 😛

El viaje en autobús

Cuando llegaron las 19:30 ahí estábamos parados enfrente de la parada de autobús que nos llevaría a la Quinta Estación del monte Fuji, que es donde la mayoría de personas comienza la subida al Fuji san.

Sorpresa la que nos llevamos cuando vimos el diseño de la carrocería del bus que nos llevaría hasta allí.Curioso, ¿verdad? Cuando vió «el señor autobusero» que todos sacábamos la cámara de fotos o similar para hacerle una foto se apartó de enmedio, ya que se dirigía raudo y veloz a abrir el maletero. Fue una escena muy cómica, casi estaba pidiendo perdón por estar en medio de la escena.

El viaje desde Shinjuku se hizo un poco tedioso. Salimos a las 19:30 y llegamos al destino a las 22:00 de la noche. Por el camino, como no conseguí echar siquiera una cabezadita, vi que pasábamos por el parque de atracciones que aún tengo pendiente por visitar, el Fuji Q.

Llegada a destino y comienzo de la subida.

Al llegar al destino, te bajas enfrente de una tienda en donde puedes comprar comida, bebida, recuerdos del Fuji o bien «artilugios» que te ayudaran a subir al Fuji, como es el caso de los palos de madera estilo «voy a pasear por el campo». También podrás cambiarte dentro de la misma tienda o ir al servicio, eso sí, pagando el simbólico precio de 50 yenes antes de entrar. (En los refugios que encontraréis durante la subida la cantidad aumenta a 200 yenes).Entonces hicimos lo debido, ir al servicio y cambiarnos para comenzar la aventura. Yo no escatimé en nada y me coloqué mallas y pantalón de chandal, camiseta interior tecnología hi-tec comprada en el Uniqlo por 1000 yenes, otra camiseta de manga corta que llevaba ya antes, sudadera y chaqueta de invierno. A todo esto tenemos que sumar el peso de la mochila.

Lo primero que me llamó la atención es que haciendo «rasca» no hacía tanto frío como pensaba que iba a hacer. Eso sí, la niebla que había hacía que las fotos que hicimos salieran algo misteriosas…Los primeros metros son de bajada y comienzas a «soltar coñas» con los colegas comentando que si va a ser «pan comido» la subida, hasta que de repente comienza una pendiente dura. Ahí se te acaban los chistes y comienzas a sudar la gota gorda y se te acaban los comentarios jocosos. A los 10 minutos te pesan hasta las uñas de los pies, por lo que te pegas el primer descanso. En mi caso, tuve que quitarme la camiseta de manga corta y la cazadora y quedarme simplemente con la camiseta interior hi-tec y la sudadera.

A partir de este punto siguen las subidas con pendientes exigentes mezclándose con tramos en los que tienes que hacer más uso de los brazos. Para ayudarse en estos tramos, que no son pocos, recomiendo encarecidamente llevar unos guantes fuertes en plan «obrero». Los piropos «made in obrero» sin embargo son «opcionales», según las fuerzas, ganas e inventiva de cada uno.

Esto fue un continúo esfuerzo hasta llegar a la séptima estación. Por el camino habíamos dejado la sexta estación sin reparar haber pasado por ésta misma. De los 6 compañeros que íbamos ya empezaban a aparecer cansacios no esperados y sufrimiento en el cuerpo. Lo peor es que esto sólo era el comienzo y no llevaríamos aún ni 2 horas de subida.

Después de esto poco a poco cada uno fue tomando su ritmo y haciendo la subida a su propio paso. Para aquellos que estén pasando un mal rato (más de lo normal) durante la subida, en los refugios que hay en las estaciones, puedes tomarte un «colacao», café o ramen calentito. Incluso si notas que te falta el aire puedes comprar botellas de oxígeno y «darte un chute» cuando notes que te faltan fuerzas. El precio de estas mini botellas individuales durante la subida es de alrededor de 2000 yenes.

De la séptima a la octava estación ya hay un buen trecho y se hace largo, pero desde la octava a la novena se hace mucho más pesado. Poco a poco, la cazadora que te sobraba al comienzo de la subida notas que ya no te sobra. Dicen que la temperatura va bajando 6 grados a razón de cada 1000 metros, por lo que puedes llegar a la cima de la montaña con alrededor de 5 grados centígrados.

También se acentúa el frío porque desde la estación 8.5 hasta la décima, el flujo de personas en la subida es constante, además de avanzar en fila india la mayor parte del tiempo.

Es como un enorme atasco en la carretera. Muchas veces estás parado esperando a la reacción de la persona que tienes enfrente. Lo peor es que ves el enorme regero de personas que hay por delante de tí que, para más inri, no avanzan apenas.

Ésto, al concentrarse en las últimas estaciones, que es donde hace más frío (si haces la subida de madrugada como nosotros), hace que notes como se va metiendo dentro de tí y hace estragos en tu moral y en tus fuerzas. Esta parte de la subida fue la que menos me gustó  con diferencia. Y después de este último tramo de estación y media se llega a la cumbre. 6 horas de subida que hacen que el cansacio se convierta en alegría cuando ves que el Sol está aún por salir y te dará tiempo a contemplar el amanecer (o hinode como dicen en Japón, ひので、日の出) desde el punto más alto del Fuji. Y después de la espera llega el ansiado momento que todos los japoneses y no japoneses que esperan en la cima están esperando… Y aunque algunos disfrutaban del amanecer desde la cima todavía continuaba el reguero incesante de nuevos escaladores al Fuji… Y si os está entrando curiosidad sobre los hombrecillos con uniformes de camuflaje que están subiendo el Fuji, sí, era personal del ejército japonés, lo que no les pregunté era porqué lo estaban subiendo ese día, quizás eran ejercicios del propio ejército o un castigo por no hablar keigo correctamente, si alguno lo sabe que nos saque de las dudas (^_^)’

Aquí tenéis a los pobres descansando al solecito cerca del cráter del Fuji san…

El cráter del Fuji san

Y después de un pequeño descanso y reagrupación de los integrantes que comenzamos la subida aprovechamos para calentarnos un poco al sol y tomar unos refrigerios y bocadillos e ir a visitar el cráter del monte antes de comenzar la bajada. Aquí tenéis algunas fotillos. La verdad es que me recordó bastante al paisaje del Timanfaya en la isla de Lanzarote, Islas Canarias (España).

Todo lo que sube baja…

Aun siendo 6 horitas de subida y pensando que, aún siendo dura, has conseguido llegar a la cina con un estado no tan lamentable como el que pensabas, aún queda la bajada. Y para mí esta fué la peor parte. Mis rodillas se hacían añicos a medida que iba bajando aquellas pendientes. La bajada se hace por otro camino diferente al de la subida. Además, hay un punto en la misma en el que el camino tiene una bifurcación en dos. En esta división de caminos según se baja, puedes elegir entre dos rutas:

El camino a la izquierda es en cuesta arriba, por lo que no invita a tomarlo, sin embargo, siendo más largo, es una ruta menos complicada. Esta ruta se llama Yoshida Trail.Sin embargo, si tomas la ruta del camino a la derecha, llamada Subashiri Trail (須走), la longitud del camino es menor pero el suelo parece un patatal (no en vano la quinta estación a la que se dirige este camino tiene como nombre sunaharai (砂払い). «Suna» 砂 significa «arena» y «harai» 払い significa «pago») y se hunde a cada paso que das cual arenas movedizas. Es una ruta muy pesada y más complicada que la Yoshida. Esto agrava aún más el dolor de rodillas y el camino parece infinito.Sin duda cuando bajéis el Fuji haced caso de esta recomendación y coged la ruta Yoshida si no queréis sufrir un poquito más de lo normal.

Aquí tenéis unas cuantas fotos de la bajada: Y hasta aquí la bajada.

Una vez llegamos a la quinta estación de la bajada del camino «Sunaharai» había un pequeño templo y después de salir de un recinto que había nos encontramos con una japonesa que nos comenzó a hablar en inglés preguntando que si nos habíamos perdido. Y es que, al parecer, los extranjeros no bajan por este camino, y los que han bajado, la mayoría se han equivocado.

Vuelta a casa

Como experiencia, os dejo aquí la ruta que deberéis seguir para volver a Shinjuku tomando como partida la quinta estación de estos dos caminos:

• Si habéis bajado por la ruta «Yoshida» (吉田) (1):

Deberéis tomar el autobús de la compañía KEIO que os lleva directo a Shinjuku desde la quinta estación de este camino. El precio son 2.600 yenes.

• Si habéis bajado por la ruta «Subashiri» (須走) (2):

Deberéis tomar un autobús que os llevará desde la quinta estación de este camino hasta la estación Shin Matsuda (新松田) de la línea Odakyuu Line. El precio es de 2.000 yenes. Desde esta estación deberéis tomar la línea Odakyuu hasta la estación de Shinjuku. Esto son 710 yenes más.

Otra opción que nos comentaron es coger otro autobús que tarda más y es más caro y os lleva a la estación JR de Gotemba y ya desde aquí tomar el tren JR hasta Shinjuku. Sin embargo se tardaba más y era más caro.

Además de estas rutas hay otras dos rutas por las que se puede subir el Fuji, que son la ruta Gotemba (3) y la Fujinomiya (4). Para más información en inglés podéis pinchar aquí.

Y para un mapa detallado de las diferentes rutas en PDF pulsad aquí.

Y hasta aquí el post sobre el Fuji, espero que os haya gustado.

Si sois de aquellos que tenéis pensado subirlo o simplemente habéis realizado tal hazaña no dudéis en dejar caer un comentario. Siempre es agradable compartir las experiencias de este tipo con todos.

Hasta la próxima japabancheler@s!!!

JR Gotemba