Bueno, bueno, una exposición de Dragon Ball en Tokyo. ¿Algún fan de Goku se la querría perder? ¡Yo no, por supuesto!

Pero antes dejad que me disculpe por lo que he tardado en volver a escribir. Después de la semana que tuve de vacaciones después de finalizar el tercer curso de la escuela de japonés tuve algo de tiempo libre, pero ahora que ya he empezado el cuarto curso ¡es un infierno! Muchos kanjis, mucho vocabulario nuevo y el «apasionante» mundo del lenguaje formal japonés, también conocido como keigo, que es otro mundo paralelo y mucho más complicado al lenguaje japonés no formal.

Pero dejando de lado el tema de la escuela y entrando ya en materia, el día 15 de Abril me fui de picnic con unos compañeros de la escuela – y otros dos españoles que estaban de visita en Tokyo – a los bonitos jardines de Hamarikyu (浜離宮恩賜庭園, Hama-rikyū Onshi Teien), que quedan cerca de la estación de Shinbashi.

La entrada cuesta 300 yenes pero merece la pena, lo tienen muy cuidado, además de ser naturaleza rodeada de grandes edificios de empresas. Ya haré una entrada otro día en el blog sobre este bonito lugar.

Después de la sobremesa del picnic nos dirigimos a Nihonbashi a ver la exposición de The World of Dragon Ball que habían montado en el centro comercial «Nihonbashi Takashimaya«, la cuál se celebraba entre el 27 de Marzo y el 15 de Abril de 213.

Se dieron varios factores que casi acaban por hacer que no pudiéramos visitarla. El primero fue que era el último día de la exposición. El segundo era que no conocíamos la zona para nada. Y como colofón, la última hora de entrada era a las 5.30 pm, cerrando a las 6:00 pm. Nosotros llegamos como a las 5.35 pm, pero por suerte nos dejaron pasar.

La entrada a la exposición eran 800 yenes, pero con el descuento de estudiante se quedaba en 600 yenes.

Al entrar nos dimos cuenta de que no se podían realizar fotos, ya que tenían las láminas originales de Akira Toriyama, pero se nos escapó alguna que otra vez la cámara del bolsillo y alguna fotillo hicimos.

Estuvo interesante. Tenían expuestos bastantes bocetos originales de toda la historia de Dragon Ball y Dragon Ball Z. Además, en la mitad del museo se podía ver un video de Goku y compañía, aunque no tenían ninguna sala de cine para poder sentarte.

En la última zona del museo se encontraba una pequeña zona interactiva que era la única parte habilitada para hacer fotos – al menos de manera legal –. No puedo negar que a mi me resultó la zona más divertida de la exposición.

Aquí me tenéis haciéndole un «kamehame-ha» a una compañera de la escuela que posteriormente me devolvería con furia.

Y he aquí otro «kamehame» más inverosímil aún, pero que seguro que a más de uno se nos ha escapado en algún momento de nuestras vidas. Teníais que ver las caras que ponían los japoneses cuando me vieron lanzarlo en esta posición… ¡Era para haberles hecho una foto a ellos, jajaja!

La exposición se desplazaba a Osaka por unos días y después creo que a Nagoya, pero no recuerdo las fechas exactas.

Espero que os haya gustado la entrada y espero poder encontrar algo más de tiempo para escribir más cositas.