Llevaba ya unos días pensando en que regalar a mi mujer por su cumpleaños. La rutina diaria con nuestro pequeño termina por dejarnos exhaustos al final del día, sin ganas de hacer nada, y al día siguiente hay que trabajar. Entonces, pensé que lo mejor sería un día de relax con un plan escapadita de ida y vuelta.

La isla de Enoshima, de la cuál ya hablé en este otro artículo, se planteaba como una opción perfecta para ello, tanto por su distancia asequible desde Tokyo o Kanagawa, como por la presencia de playa.

Si además le sumamos la comodidad de poder disfrutar del viaje completo en el tren con asientos reservados Romance Car de la línea Odakyu, pues aún mejor.

Cuando me disponía a reservar los lugares en el tren, me di cuenta de que le podía poner la guinda al plan añadiendo una visita al Enoshima Island Spa, que se encuentra a escasos 10 minutos andando desde la estación de tren de Enoshima o Katase-Enoshima. El edificio principal del spa podéis verlo en la parte central de la foto de abajo.

Planes y reserva del Enoshima Island Spa.

Este balneario ofrece diferentes planes, entre los que destaca el Spa + Onsen + Masaje + Lunch, lo cuál sonaba perfecto para sorprender a mi pareja. Además, tiene versión en inglés de su sitio web y se puede reservar online.

• Ya aviso de antemano que tienen una política muy restrictiva de tatuajes, y que rechazarán la entrada a cualquier persona que los tenga.

Siguiendo con el tema de los planes, en su web ofrecen los siguientes:

• Reservation for Beng Teng Spa (treatment).
• Reservation for Treatment & Meal package plan.
• Reservation for Yumemi (Shiatsu massage).
• Reservation for Island Grill Restaurant.

Yo opté por el Treatment & Meal package plan, que es un «todo incluido», con la entrada al balneario para poder disfrutar de sus piscinas y aguas termales, comida en su restaurante y masaje para dos personas.

En cuanto a los masajes, tienes dos modalidades diferentes a elegir:

• Tratamiento de aromaterapia en su centro Beng Teng Spa, con múltiples variantes de precios y masajes.
• Masaje tipo shiatsu en el Yumemi Salon.

Yo, para el cuál este mundillo es algo desconocido, me decidí por disfrutar de 1 hora de aromaterapia. Sin embargo, una señorita me contactó por correo el mismo día que realizaba la reserva para notificarme que no disponían de plazas para ese día, ofreciéndome la posibilidad de cambiar a masaje shiatsu. Investigando algo por la rede encontré un blog en inglés en el que hablaban de esta experiencia y me decidí a reservarlo.

En cuanto las opciones del restaurante, ofrecen platos a la carta o tres diferentes menús del día:

• Value Lunch Set: ¥2,160 yenes – set de pasta, curry o pizza a elegir junto con aperitivo, postre y café o té
• Ocean Course: ¥2,592 yenes – incluye aperitivo, sopa, pescado, pan o arroz, postre y café o té
• Hana Course: ¥4,212 yenes – incluye aperitivo, pasta, carne, pan o arroz, postre y café o té

Nosotros elegimos el menú Hana Course.

El precio total del plan Treatment & Meal package plan para dos personas fue de 25.000 yenes:

• Masaje Shiatsu, Temomi 60′ plan, sala privada para parejas: 8,640 yenes / persona.
• Menu Hana en el restaurante Island Grill: 4,212 yenes / persona.

El plan incluía también la entrada al centro y el acceso a las aguas termales (onsen), piscinas y sauna, que por separado tiene un precio de 3.120 yenes.

Puedes ver una lista de sus diferentes servicios y precios en esta página.

Cómo llegar al Enoshima Island Spa.

Para llegar al edificio del Spa habréis de llegar a la estación de tren de Katase-Enoshima.

La forma más cómoda y rápida de llegar hasta el Spa es tomar la línea Odakyu, en particular su tren Romance Car.

Podréis hacerlo desde la estación de Shinjuku (origen de esta línea) o desde cualquiera de las estaciones de la misma donde tengan parada estos trenes, ya que no paran en todas.

Podréis hacer la reserva online en su página oficia en inglés.

Otra opción que también puede ser recomendable si sois un fan de los trenes elevados o monorailes, es ir hasta la estación de Ofuna (línea JR), origen del trayecto del Shonan Monorail, el cuál finaliza sus pasos en la estación de Shonan-Enoshima, a escasos 10 o 15 minutos en un agradable paseo a pie del spa. Además, con el ticket de éste tren podréis obtener un descuento en la tasa de admisión del Enoshima Spa Land.

Si también sois amantes de los templos o de las estatuas budistas, desde la estación de Ofuna encontraréis escondida entre las vías de tren y la frondosa vegetación la cabeza de la estatua de Ōfuna Kannon, que forma parte del Ōfuna Kannon Temple (>大船観音寺 Ōfuna Kannonji).

Si elegís la opción del monorail no dejéis de visitar el artículo que escribió mi amigo Dani, con unas fotos muy chulas del Shonan Monorail y una curiosa historia de lo que le llevó a probarlo.

Disfrutando de las instalaciones.

Al llegar os encontraréis con un mostrador de recepción donde debes confirmar el plan y te advierten de que para disfrutar de las piscinas climatizadas necesitas ponerte bañador, el cuál puedes traer desde casa o alquilar allí. Nosotros los trajimos de casa y fue muy gracioso ver la reacción de mi mujer, que ni se esperaba el plan del Spa y ni mucho menos que llevase su bañador en mi mochila.

Una vez terminado el check-in en el mostrador, te diriges a otro mostrador donde dan una llave para que guardes tus cosas en unas taquillas, un albornoz para caminar por las instalaciones y para el masaje, y un set de toallas.

Llegamos al centro a las 11 de la mañana y teníamos reservado el masaje a las 11.30h. y el restaurante a la 1 de la tarde, por lo cuál nos dirigimos a cambiarnos y a la zona de masaje.

En esta zona de masaje hay una sala de espera con cómodas tumbonas donde esperar tu turno de una forma relajada. Como habíamos reservado masaje en pareja en habitación privada, nos llevaron a una zona con unas mamparas y dos camillas, donde fuimos atendidos por un masajista cada uno.

Yo, que tengo un estado de la espalda bastante lamentable, con una zona de la columna vertebral algo pronunciada hacia afuera, este masaje me resultó doloroso en algunas ocasiones, y si bien al final del mismo me sentí bien, no fue precisamente relajante en términos medios. Lo que si es de agradecer es que el masajista me dio unos consejos poco después de finalizar y era muy majo. (* A notar que estos profesionales pueden hablar tanto en inglés como en japonés.)

Una vez finalizado el masaje nos dirigimos al restaurante Island Grill, el cuál tiene unas vistas preciosas al mar. Si puedes hacerte con una de las mesas con vistas disfrutarás aún más de la comida. Incluso si tienes suerte podrás ver la silueta del monte Fuji durante el almuerzo.

Al acercarnos un Lunes del mes de Febrero, apenas había comensales y pudimos relajarnos con unas tremendas vistas. La comida era variada y la cantidad la justa para no quedarse con hambre.

Una vez llenada la barriga nos dirigimos a la zona de spa, la cuál tiene un par de piscinas climatizadas internas. Una de ellas tiene un jacuzzi y zonas con chorros de agua. He de decir que esta última la disfruté como un niño pequeño.

Además, en el mismo piso hay un par de zonas con piscinas climatizadas exteriores con vistas a la playa de Enoshima y al monte Fuji.  Esta es una zona mixta, y deberás entrar con bañador.

En el mes de Febrero, su piscina estrella, llamada Open-air Spring Pool, y que es la mayor de ellas, estaba cerrada. En su web oficial la promocionan con la siguiente foto (allí no dejan hacerle fotos). Como podréis apreciar las vistas son una maravilla.

Aunque desde el restaurante – en el piso cuarto – pude sacar la siguiente instantánea de mala calidad para que podáis tener una perspectiva diferente de la piscina y os hagáis una idea del tamaño que tiene.

De cualquier modo, la piscina exterior que si que pudimos disfrutar – la pequeña de ellas – me dejó la mayor de las sensaciones de relax del día. El fresquete que hacía fuera en contraste con lo agustito que se estaba dentro del agua climatizada y las preciosas vistas al mar sumados a que apenas había gente fue realmente una gozada.

Una vez finalizado el baño, ya cerca de las 3 de la tarde, nos cambiamos a otra planta donde estaban los onsen o baños termales. Al contrario de la zona de piscinas aquí cada sexo tiene sus distintas termas. Hay unos baños internos y otros externos, ambos con vistas al mar.

Después de este último «chapuzón» nos dirigimos a cambiarnos y a pagar al mostrador.

La verdad es que fue una experiencia bastante relajarte y os la recomiendo para aquellos que queráis eliminar parte del estrés acumulado o a los que simplemente queráis hacer una escapadita y pasar un día de relax y paseo por la playa.